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Por qué migrar a Canadá después de experiencias en otros países

Cuando el sueño migratorio no se materializa

Migrar implica apostar por un nuevo comienzo: otras reglas, otras costumbres, otra vida. Pero para muchos que se fueron a Australia, Nueva Zelanda o Estados Unidos, ese nuevo comienzo no siempre cumplió lo soñado. Tal vez por expectativas demasiado altas, sistemas complejos, reconocimiento profesional limitado o simplemente porque la adaptación resultó más dura de lo que se esperaba.

¿Qué sucede realmente?

  • A veces el visado es más fácil que la integración real: tener permiso para trabajar no garantiza que el trabajo tenga sentido para ti, que se reconozcan tus títulos, o que la calidad de vida sea la que habías imaginado.
  • Las redes de apoyo pueden ser más débiles de lo esperado: estar lejos de lo conocido, sin comunidad o sin mentorías, puede hacer que el “nuevo mundo” se sienta frío o menos acogedor.
  • Las regulaciones migratorias pueden cambiar o ser restrictivas: por ejemplo, conocer las diferencias de sistema en Australia o Nueva Zelanda, ver qué caminos reales hay hacia la residencia legal permanente o ciudadanía, puede ser una sorpresa.
  • Y finalmente el desequilibrio entre lo esperabas y lo que obtuviste: salarios más bajos de lo proyectado, empleo que no corresponde al perfil, costos de vida altos, vivienda difícil, etc.

¿Y qué hay de Canadá? ¿Por qué podría ser una mejor opción?

Aquí es donde entra la perspectiva de Gentium: mostrar que, frente a esas experiencias que “no salieron como se esperaba”, Canadá ofrece algunas ventajas interesantes.

  1. Política migratoria basada en puntos y reconocimiento del capital humano
    Canadá fue pionero con los sistemas de puntos en inmigración. Asimismo, hay investigaciones que muestran cómo Canadá pone atención a la integración cultural y económica de los inmigrantes. 
  2. Mayor diversidad y rutas claras a residencia permanente
    En comparación con otros países, Canadá ha mostrado un compromiso de largo plazo con la inmigración permanente, lo cual aporta una mayor certeza para quienes buscan que su mudanza sea “definitiva”. 
  3. Buenas prácticas de integración
    Canadá demuestra que no basta con aceptar inmigrantes, sino también promover su integración social, cultural y económica. Ese enfoque puede traducirse en mejores experiencias para quienes migran: menor sensación de aislamiento, mayor posibilidad de utilizar sus capacidades profesionales, etc. 
  4. Menos expectativas “tipo mito” y más realismo en las rutas
    Mientras que algunos destinos migratorios atraen con promesas más idealizadas, Canadá ofrece rutas más transparentes, con menos de “glamour” y más de planificación, lo cual puede traducirse en menor choque entre expectativa y realidad al llegar.

Consejos para quienes ya migraron y no encontraron lo que esperaban

  • Evalúa qué aspectos no salieron según lo planeado: ¿fue el empleo?, ¿la vivienda?, ¿la comunidad?, ¿la movilidad?”, ¿el reconocimiento de tu perfil profesional?
  • Considera si tu experiencia en el país de destino te ha dado aprendizajes que puedes “reconducir”: por ejemplo, experiencia local, perfeccionamiento del idioma, redes personales.
  • Si estás considerando cambiar de rumbo hacia Canadá, usa esa experiencia como activo: podrás explicar en tu proceso migratorio qué hiciste, qué aprendiste, qué necesitas ahora.
  • Busca asesoría realista, habla con migrantes que ya hicieron el camino, y evalúa qué país ofrece mejores condiciones para tu perfil. A veces “lo que se ve bonito” no es lo que más encaja contigo.
  • Mantén la mentalidad de adaptación: migrar no es sólo cambiar de país, es cambiar de vida. Y eso exige flexibilidad, redes de apoyo, aprendizaje activo sobre la cultura y el mercado laboral del país destino.

 

Conclusión

Si migraste a Australia, Nueva Zelanda o Estados Unidos y no encontraste lo que esperabas, no estás solo. A veces la promesa migratoria se choca con la realidad del día a día: barreras de integración, reconocimiento profesional, aislamiento, expectativas no cumplidas.
Pero hay una buena noticia: rutas alternativas existen y Canadá puede ser una de ellas. Con políticas más estructuradas, un enfoque claro en integración, y posibilidades reales de residencia permanente, Canadá podría ofrecerte una segunda oportunidad esta vez con más solidez, más respaldo, mejor planificación.

Desde Gentium, te invitamos a reflexionar, a usar lo aprendido, y a plantearte si tu próximo paso migratorio puede construirse sobre una base más firme. Porque no se trata sólo de “ir”, sino de “llegar y construir”.

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